Blog libre e independiente sobre televisión. Noticias, críticas y análisis de nuestra realidad catódica desde el criterio y la libertad.

2006/01/27

Una entrevista complaciente

Nunca me han gustado las entrevistas a políticos en televisión. Me parecen aburridas, anodinas, superfluas y grises (fiel reflejo de lo que suelen ser los entrevistados). Ayer me obligué a ver la de Gabilondo a Zapatero. Escuchar las explicaciones, excusas y consideraciones de nuestro presidente tras la gran bronca política de los últimos meses hacía necesario verla. Como siempre no sirvió para nada. El otro lado de la noticia de la noche en Cuatro, era ver como se desenvolvía Gabilondo en un formato, el de las entrevistas, que domina a la perfección y en el que se le nota cómodo y relajado, sin los continuos movimientos intranquilos que le provoca habitualmente la presencia de las cámaras. A pesar del fracaso que han supuesto hasta ahora sus informativos y de cómo han aprovechado sus enemigos más acérrimos para machacarlo, lo cierto es que en general Gabilondo tiene una muy buena imagen (sobre todo en el medio periodístico) y se suelen recordar sus intachables 40 años de profesionalidad, experiencia e imparcialidad. Respetando absolutamente su trabajo ni entiendo ni comparto ninguna de las dos posturas: me parece idiota e infantil la absoluta fe y confianza que veo en algunos hacia el amigo Iñaki y tampoco me siento cerca de los que ahora se dedican patéticamente al insulto sistemático y a la crítica más superficial hacia él. Debo ser de los pocos que sigue su informativo nocturno. Hastiado del amarillismo insoportable de A3, algo aburrido de teleAlonso (quiero decir T5) e incapaz de soportar las miradas profundas y los suspiros de Milá, me parece que el informativo de Cuatro es un buen lugar donde enterarme de una parte de la realidad de este país. Sólo una parte. Las otras partes he de buscarlas en otros lugares. Porque lo que sucede con Gabilondo es que uno sabe perfectamente el lado de la barrera, ideológica y empresarial, desde el que me va a contar la noticia. Sé como la va a manipular si hace falta, como la va a enfocar y que noticias va a omitir. Es decir, tengo una muy confiada desconfianza hacia lo que me dice y eso me ayuda a comprender la noticia y a intentar conformar yo mismo mi propia opinión. Y lo hace con una enorme calidad. No puedo decir lo mismo de otros periodistas.

Ayer me molestó profundamente la entrevista porque vista superficialmente y con poca atención podría parecer que Gabilondo le hizo duras y comprometidas preguntas al presidente, incidiendo en los puntos más calientes (del estatut principalmente) y no dejando ningún tema sin tratar, pero sospechando que como todas la entrevistas ésta estaría previamente pactada el teatro que vimos ayer no pudo ser más propagandístico. Siempre me quejo de lo mismo en este tipo de entrevistas (al que más incisivo he visto como entrevistador en televisión ha sido a Juan Pedro Valentín), de la falta de un elemento que es fundamental cuando realmente se quiere sacar información de alguien : la segunda pregunta, dar una vuelta de tuerca tras la primera explicación dada por el entrevistado, sacar datos que contrarresten la lógica primera respuesta evasiva y triunfalista de los políticos. Ayer Gabilondo no hizo ninguna. Ninguna. Por eso lo que vimos ayer fue propaganda.

1 comentario:

John Constantine dijo...

Ni más ni menos. Coincido punto por punto. Lo mejor de Gabilondo, su sempiterna corrección. Pero ponerle como ejemplo de periodismo...