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2006/01/16

Carne para todos

Telecinco será la última en montarse al carro de las telenovelas sudamericanas de sobremesa. Lo hará, al parecer, a partir del 24 de enero, emitiendo “Amor en custodia”, un culebrón argentino que viene avalado por una cuota de share de más del 50%, con la que pretende desquitarse de los malos resultados de audiencia que viene arrastrando en la franja horaria comprendida entre las 15.30 y las 17.00 horas. Con esta última incorporación, ya son todas las cadenas, con la excepción de Cuatro, las que están apostando por la ficción sudamericana en el horario de sobremesa, algo que merece, cuando menos, una reflexión, ya que se trata, tras la nocturna, de la franja horaria de mayor audiencia en televisión. La apuesta de los canales por la ficción sudamericana no es nada nueva, lo que sí parece haber cambiado es el tono y el estilo de las series elegidas. Ahora se impone un nuevo concepto “cárnico-visual”, donde imperan los torsos en aceite, el carnaval de tetamen y la iconografía del porno aséptico americano, sin porno pero con un completo despliegue de sombreros, botas de punta y carne bronceada. El producto sigue teniendo la misma escasa calidad que las series que crearon escuela y que muchos recuerdan con nostalgia (“Los ricos también lloran” o “Cristal” entre las más rememoradas), sólo que ahora el componente erótico, algo más velado en las series de las otras décadas (con significativas excepciones, como la brasileña “Dona Beija”), se ha convertido en el principal reclamo de cara a la audiencia. Una audiencia, la española, bastante más desprejuiciada que la de hace algunos años, y dispuesta a engullir sin cortapisas un producto abiertamente erótico que comparten sin sonrojarse las amas de casa aburridas, sus maridos ávidos de exuberancia y los niños que ya no van siendo tan niños, y que aprecian y valoran las bondades estéticas de un producto que sortea gracias a la ambigüedad y la sugerencia las sanciones aplicadas por la Administración por emisión en horario inadecuado. Se trata, por tanto, de un formato que funciona. Lo que no se entiende es: ¿por qué la producción nacional no es capaz de “lanzarse” con este tipo de productos? Es malo, ya lo sabemos. ¿Pero acaso es mucho peor que la mayor parte de la ficción patria? Muy probablemente, se trata de cierta posición subjetiva de superioridad, una suerte de combinación de dignidad y escrúpulo que impide a los productores españoles rebajarse ante esta fórmula de éxito ideada por sus hermanos menores. A lo más que han podido llegar es a producciones como “Amar en tiempos revueltos”, el serial que emite TVE1 y donde una vez más el argumento vuelve a desarrollarse sobre el recurrente y machacón telón de fondo de las dos Españas.

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