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2007/09/24

La guerra mediática entre Mediapro y PRISA se recrudece

No creo que nadie esperara, desde una posición de mero observador carente de información privilegiada, que a estas alturas del culebrón Mediapro- PRISA el partido lo fuera a estar ganando la empresa catalana... y por goleada. Desde el post anterior que escribí a finales de julio, en el que planteaba los problemas que tenía ante sí la empresa de los Polanco, se han sucedido denuncias judiciales, comunicados de prensa contradictorios, anuncios de acuerdo, desmentidos rotundos, ceses precipitados, múltiples partidos en abierto, ampliaciones de las denuncias interpuestas, bilis en forma de editoriales, avisos para navegantes... Hasta llegar a este fin de semana en el que a pesar de la propia PRISA, la televisión he vuelto a emitir el fútbol en el mismo formato de explotación que en años anteriores: uno en abierto (La Sexta y autonómicas), uno exclusivo para Canal Plus, y los demás en la modalidad de pago por visión. Entonces, ¿dónde estamos ahora? ¿cuál es la situación? ¿qué pasará?

La penúltima noticia que surgió en este conflicto fue la aparición estelar de Felipe González en el acto de homenaje a Jesús Polanco, lamentándose en público del “fuego amigo” y las posibles consecuencias de esta guerra entre dos grupos mediáticos teóricamente alineados en la misma trinchera ideológica. Lo más gracioso de todo fue que El País tomó estas palabras de González para titular el resumen que publicó el sábado (según su propia versión de los hechos) de lo que había pasado hasta entonces. Este artículo que enlazo es de lectura imprescindible para todos aquéllos que requieran de un cursillo básico de cinismo periodístico y periodismo a la carta de la empresa que paga.

De él me permito entresacar lo siguiente: “La cadena de televisión La Sexta nació de una ley ministerial de julio de 2005. Esa ley fue diseñada por Miguel Barroso, entonces secretario de Estado de Comunicación. Barroso abandonó su puesto dos meses después de publicarse dicha ley (denominada Ley de medidas urgentes para el impulso de la televisión digital terrestre, de liberalización de la televisión por cable y de fomento del pluralismo). El consejero delegado del nuevo canal de televisión, José Miguel Contreras, había sido socio de Barroso en varias iniciativas relacionadas con la comunicación y la imagen de candidatos socialistas y pasaba por ser un viejo amigo de Zapatero, con el que compartía su afición al baloncesto. Diversas fuentes aseguran que Contreras forma parte de los amigos del presidente con los que juega algún que otro partidillo en La Moncloa.

A lo largo de estos casi dos años de blog he criticado varias veces las concesiones políticas de licencias audiovisuales a medios afines a los gobiernos de turno. Pero es irónico leer en El País, con tan poca sutileza, que Zapatero regaló a sus amigos una televisión... ¡sin recordar al lector que al mismo tiempo trasformaba la licencia de Canal Plus y permitía a PRISA la creación de una nueva televisión en abierto, Cuatro (Canal Plus en abierto...¡ja!) sin abrir ningún tipo de concurso público.

PRISA parece desbordada, parece perdida, sin rumbo en esta situación de crisis que ha hecho que, en unas semanas de recuperación de la bolsa, uno de los únicos valores que ha perdido en el parqué haya sido Sogecable. Ahora mismo parece que dispara a todo lo que se mueve: cesó a Daniel Margalef como presidente de Audiovisual Sport (la empresa que utiliza para detentar los derechos del fútbol) por llegar a un principio de acuerdo con Mediapro y la Liga de Fútbol Profesional para solucionar el conflicto; ha denunciado también a TV3, hasta ahora socio fiel en el negocio del fútbol, acusándole de ayudar a La Sexta a piratear el partido del sábado en el Camp Nou; entrevistó a Zapatero en El País y su propio director le hizo dos preguntas directas y completamente fuera de lugar buscando un apoyo gubernamental que no encontró; por ese mismo motivo pareció cambiar bruscamente de opinión y arremeter contra el plan de Vivienda joven en alquiler de Carme Chacón que, la pobre, pasaba por allí y se llevó sin saber por qué todas las ostias (indignada incluso escribió una carta al director del periódico pidiendo coherencia a la hora de enjuiciar este tipo de iniciativas). Por mucho que se queje la ministra todo el mundo sabe que esa crítica, así como algún editorial más escrito en contra de los gastos derivados de los proyectos sociales del Gobierno, no son más que serias advertencias a Zapatero para recordarle quién le puede ayudar de cara a las elecciones de marzo. Y quién le puede hundir entre su propio electorado.

Mi opinión personal es que Ignacio Polanco y Cebrián no esperaban una resistencia tan fuerte y una determinación tan grande en Mediapro a la hora de defender sus derechos adquiridos. Al final todo el problema se reduce a quién ha pagado por los derechos de los diferentes equipos de fútbol ahora que expiraban los contratos antiguos, y no ha sido PRISA, que realmente estaba en su último año de explotación, en situación de monopolio, del fútbol. Se engaña cuando hace escribir a sus periodistas (como Relaño en el AS) que éste puede ser el fin y la quiebra del negocio del fútbol porque no es rentable, con lo que se paga por él y emitiéndolo en abierto como hace La Sexta, porque es conocido que el plan de Mediapro si consigue salir bien de ésta, es explotar los partidos por la TDT, ya que en breve esta tecnología permitirá comprar los partidos sin necesidad de estar atado a una plataforma digital. Lo cuál, no cabe duda, sería una buena noticia para el consumidor.

Habrá que seguir atentos cómo se desarrollan los acontecimientos, porque sigo pensando que PRISA no ha dicho su última palabra y tiene que tener algún as guardado en la manga. Aunque a lo mejor utiliza todo este conflicto para deshacerse por fin de Digital Plus (algo de lo que se ha escrito en los últimos años por la baja rentabilidad que le ofrece a pesar de casi no tener competencia) y redirigir sus esfuerzos hacia los nuevos negocios latinoamericanos. Todo es posible. Ya lo contaremos.

Eso sí, muchos desde posiciones dispares no dejan de pensar lo siguiente: con Polanco esto no hubiera pasado

2006/06/04

El fútbol, siempre el fútbol

Está siendo muy divertido y entretenido asistir a las diatribas, discusiones, pullas y acusaciones que se están produciendo entre las cadenas privadas generalistas de nuestro país como consecuencia de la adquisición de los derechos de retransmisión del Mundial de Fútbol de Alemania.

Repasemos la historia desde el principio. Los famosos derechos televisivos estaban en manos de Telefónica, que teóricamente debía venderlos al mejor postor, siempre que éste cumpliera la normativa FIFA y las leyes españolas sobre los eventos de interés general. Después de muchísimos días de rumores, noticias contradictorias y confusiones varias, el Mundial lo compró La Sexta. La nueva cadena defendió que pagaba el alto precio que pagó por eso derechos (que dejó fuera de juego a TVE y las otras privadas) por la importancia que tenía este evento para su implantación en un mercado un tanto saturado. Con esta compra y su correspondiente explicación podría haber acabado todo. La Sexta habría hecho la mejor oferta y ya está. El famoso mercado habría decidido. Pero quien pensara eso es que no conoce cómo está montado el chiringuito de los medios de comunicación de nuestro país.

Era imposible. Los rumores de que la compra había sido pactada entre La Sexta y PRISA se hicieron ensordecedores. Las leyes de la competencia parecían impedir que los medios de Polanco se hicieran inicialmente con el Mundial en abierto y también para la televisión de pago. Por otro lado, ante los primeros ataques malintencionados de T5 y A3, apelando a que la nueva cadena no garantizaba la emisión del Mundial en todo el territorio nacional, La Sexta prometía y prometía que su cobertura llegaría al 80% de la población a tiempo. Sin entrar en que lo haya o no conseguido, lo que si conocemos es que la gente ha pasado bastante de antenizarse, a pesar de las insistentes campañas, por lo que la realidad era que los partidos de interés general, garantizados por ley (los de España, vamos), corrían el peligro de no ser vistos por una amplia mayoría de españoles. De nuevo, los rumores... La Sexta ha aguantado lo máximo posible, intentando ocultar lo que todos sabíamos, buscando la máxima implantación posible, mientras el Gobierno ya advertía que intervendría en el caso de que fuera necesario. La Sexta fue cediendo, por tramos (¿Pactados? ¿Negociados?). Primero cedió la mitad del Mundial a Digital Plus (previo generoso pago). Y tras esa primera medida, vendría la más controvertida. Tras unos días de indefinición y dudas, con todos los gallos del corral mediático lanzándose dardos envenenados, se descubrió quién sería la otra cadena que emitiría también esos partidos relevantes en abierto, garantizando así el cumplimiento de la ley de interés general (la que se inventó Álvarez Cascos hace unos ocho o nueve años). Cuatro lo conseguía... ¿Alguien lo dudaba?

Por lo tanto, resumiendo, La Sexta compra los derechos. T5 y A3 sospechan que tras esa compra hay un acuerdo oculto con PRISA, se quejan amargamente y amenazan con querellas en el caso de descubrirse el pastel. Tras conocerse que La Sexta tendrá que compartir los derechos de los partidos de la selección (y algunos otros), T5 y A3 sacan la nota de prensa más surrealista conocida en la historia de los medios, en la que se ofrecen a retransmitir esos partidos por el bien de los españoles. Impresiona su acto de bondad y solidaridad. ¡Qué generosos! ¡Cuánto desprendimiento! ¿Alguna oferta a La Sexta por esos derechos? Ninguna conocida. Tras conocerse que La Sexta vende a Cuatro esos derechos T5 y A3 gritan consternados, y se indignan ante la jugada de Polanco. Pobrecitos. Más les hubiera valido que no hubieran aceptado sin más la aberración intervencionista que supuso que el Gobierno regalara a Polanco la concesión de un canal en abierto porque sí, porque era para él, manipulando y engañando a la población, en una de las operaciones más miserables del Gobierno Zapatero. Hablo por supuesto, del regalito de Cuatro (Canal Plus en abierto... ¡Ja!). ¿Por qué se callaron? Pues por la promesa del Gobierno de limitar la publicidad en TVE, cambiando el modelo de la televisión pública. Es decir, se callaron cuando vieron que podrían llevarse más tajada del pastel publicitario. Compraron su silencio. Ahora les toca aguantar. Se lo merecen. No ofrecen la menor credibilidad. Y mientras La Sexta, que parece que no se estaba enterando de con quién se estaba jugando los cuartos, comienza a darse cuenta de que la maquinaria publicitaria de PRISA se ha puesto en marcha y vende a sus muchos usuarios que el Mundial se verá entero en Digital Plus y los partidos importantes, incluidos los de España, en abierto, en Cuatro. Ni mención a la oferta de La Sexta ( que emite treintaytantos partidos gratis en directo y los demás en diferido). Las medias verdades arrasan sobre los ciudadanos pocos informados. PRISA quiere que los suyos ni se enteren de las otras posibilidades. Publicidad fraudulenta.

Y aquí estamos, a cuatros días del mundial: La Sexta promete 24 horas de fútbol al día, y Cuatro algo parecido, con todas sus estrellas radiofónicas y televisivas volcadas en un esfuerzo sin precedentes... ¿Alguien recuerda las promesas y las intenciones de sus inicios? ¿Alguien recuerda sus discursos grandilocuentes los días de sus presentaciones? Sólo con recordar entra la risa floja... Cuatro prometía una televisión distinta, reflexiva, centrada en la información, dirigida a un público con inquietudes... La Sexta nacía como una alternativa joven, dirigida a un público urbanita, basada en el entretenimiento inteligente, queriéndose desmarcar de las otras privadas y públicas más antiguas, mas familiares, más casposas. Pero al final... El fútbol, siempre el fútbol... Todo por la pasta.

Para terminar transcribo una reflexión que escuché en un informativo de la COPE y que me pareció bastante definitoria de la situción que hemos vivido. Parafraseando un famoso axioma que dijo el exjugador de fútbol Gary Lineker ( “el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y donde siempre gana Alemania") decían: “La televisión es un negocio en el que compiten las públicas contra las privadas y donde al final siempre gana Polanco”.

2006/04/06

Quién es (de)quién en los medios de comunicación

El fichaje de Antonio García Ferreras por la Sexta, tras deshojar la margarita entre volver a la que siempre fue su casa, Prisa (antes de su aventura en el área de comunicación de Real Madrid) o comprometerse con la nueva cadena (parece que podría ser el próximo director de informativos) me ha servido para reflexionar sobre la endogamia, las extrañas conexiones, los intereses creados y los juegos de poder que ocultan los medios de comunicación españoles mas relevantes.

Comencemos por ejemplo con Antena3. Observamos que su principal accionista es el grupo Planeta, propiedad del empresario catalán Lara. Es decir, la cadena que el PP puso en manos del compañero de pupitre de Aznar (Villalonga) a partir de la cuál, y a base de talón e influencias, se intentó construir un imperio mediático alternativo al imperio polanquista, fue traspasada, tras la caída en desgracia del amiguísimo y la venta posterior de la deficitaria Vía Digital, a dicha empresa (Planeta) para que le inyectara dinero y siguiera con la línea ideológica marcada en la anterior etapa. Lara compró también Onda Cero (venía en el paquete) encontrándose así con el marrón heredado de Kiss Fm y los millones que le debía a ese oscuro personaje que es Blas Herrero. Al mismo tiempo Lara apoyó, como máximo accionista, la creación de La Razón, proyecto parido por un Ansón que salía rebotado de ABC y que conformó el periódico de tirada nacional más conservador posible. Ése cuyas portadas dejan en pañales a las de los diarios amarillistas británicos. Recuerdo algunas míticas, como aquélla en la que ponía las caras terribles de unos inmigrantes, alertando así del proceso de regularización que se estaba realizando. La cosa fue que, como empresario catalán que era, Lara se vio obligado a pagar peaje al gobierno catalán y hacerse también con el paquete accionarial más importante del diario Avui, baluarte mediático del nacionalismo catalán. La esquizofrenia ideológica ronda a Lara sin afectarle demasiado. Alguno dirá que eso demuestra que tan sólo es un empresario que busca beneficios y no le importa apoyar diferentes causas plurales.

Podría ser, pero el problema se presenta cuando esos medios de comunicación carecen de toda objetividad y son los responsables de las mayores crispaciones, atentando contra la verdad , manipulando y enfrentando a unos ciudadanos contra otros. Personajes así, sin escrúpulos, que utilizan e influyen en los medios de comunicación para que fomenten la confrontación y no la reflexión sólo para extraer los máximos beneficios, podrán ser capitalistas modelos para algunos, pero son un peligro social para todos.

Ha salido Ansón a la palestra, sigamos ese hilo. Siempre se creyó el hombre clave de sus proyectos mediáticos, la cabeza pensante, el galáctico. De ahí sus rebotes cuando los que tienen la pasta lo apartan sin contemplaciones cuando ya no les sirve. Abandonó (le echaron) el ABC de Vocento para fundar La Razón y hace poco dejó (le apartaron) La Razón para integrarse en el complejo mediático que el siniestro neocon Julio Ariza (Grupo Intereconomía) está creando al abrigo de las discutibles concesiones televisivas que el PP está otorgando en las Comunidades donde gobierna. Ansón ya ha creado para Ariza, el que será nuevo periódico nacional en poco tiempo: La Nación del Tercer Milenio. Hemos hablado del ABC (es decir Vocento, su principal accionista) que es sin duda el clásico de los clásicos de la prensa de derechas de este país (ahora en guerra con la COPE por la pérdida de influencia entre su base social).

Pero Vocento también posee el 13% de Tele5, la televisión que más se enfrentó al Gobierno de Aznar, tanto en el tema del Prestige, como sobre todo en el asunto de la participación española en la invasión de Irak. Confuso, ¿no?. Pues más confuso resulta sabiendo que el máximo accionista de T5 es Mediaset (51%), empresa que pertenece al imperio de Berlusconi. Vamos, que T5 criticaba a Aznar gracias al capital del tío que metió a los italianos en la invasión de Irak y del grupo que se dirige mayoritariamente a la base social del PP. Muy divertido. Todo por la pasta.

Ahora llegamos a La Sexta. Comenzamos con la lucha entre las productoras dueñas más importantes. Globomedia, con sede en Madrid, trata de liderar la cadena apoyada por el PSOE nacional, enfrentándose así amistosamente, a Mediapro, con sede en Cataluña y apoyada por el PSC. Ambas pues, amistosamente, luchan ferozmente por hacerse el control ideológico de la cadena mientras proclaman de forma jovial y divertida, que tan sólo quieren entretener y divertir. ¡Qué divertidos somos todos! ¡Qué bien nos lo pasamos! Mientras, su consejero delegado es José Miguel Contreras, un nuevo amiguísimo (en este caso de Zapatero) que hasta ayer fue asesor del presidente del gobierno en la Moncloa, así como habitual de los partidillos de baloncesto con ZP (¿dónde habrán metido las pistas de padel de Aznar?...¡Qué tiempos aquellos, Pedro J.!). Como decía al principio: endogamia ,enchufes, conexiones oscuras...

Las concesiones analógicas del PSOE fueron muy independientes, sí señor. Para terminar con La Sexta, recordemos que las productoras consiguieron el típico socio inversor (Televisa) que posee el 40% del canal, pero ni pincha ni corta, a la espera, eso sí, de que esos enfrentamientos amables anteriormente mencionados, le permitan emerger y hacerse con el control. Seguro que el león mexicano no desaprovechará la oportunidad si se le presenta.

Y gracias a Televisa terminamos nuestro recorrido de conexiones, porque el gigante de la comunicación latinoamericana es aliado estratégico en la radio mexicana de...Prisa...¡Nuestro entrañable Polancone! No por archiconocidas sus posesiones han de dejar de tener su hueco en este repaso. Polanco no sufre de la esquizofrenia de Lara. Nunca ha tratado de adaptarse a la realidad y aprovecharse de ella. Descubrió hace mucho tiempo que le era más fácil (y rentable) adaptar la realidad a su negocio y empaquetársela bonita a los miles progres biempensantes que pululan ya no sólo por España, sino también por el mundo.

Hemos llegado pues a La Cuatro (Canal Plus en abierto...¡ja!) y sus telediarios de autor (hay que ver las tonterías que se dicen) pero sin fisuras y sin fronteras caminamos sin contratiempos por las tierras de la Ser, Digital Plus, El País, Cinco días, el As, los 40 principales, Localia, el Correo de Andalucía, el Correo de Jaén. Seguimos: Santillana, Alfaguara, la cadena de cines Warner Lusomundo, producción de cine a través de Sogecable...En el imperio mediático de Polanco no se pone el sol, no hay fronteras: 25% de Le Monde Diplomatique, incursión en el mercado latinoamericano, en radio Caracol, en la radio mexicana, en la prensa boliviana, intereses en Chile, Panamá, recién incorporado al mercado de la comunicación portugués como socio preferente del grupo más importante de ese país...

En el fondo, éste ha sido un somero repaso para poner de manifiesto la incoherencias , los chanchullos, los vínculos y las premisas de las que parten todo aquello que vemos, escuchamos y leemos en los medios de comunicación. Tal vez conociendo un tanto las entrañas de la bestia se comprenda mejor el porqué de mucho de lo que nos cuentan y la forma en la que nos lo cuentan.

2006/02/02

Dudas, suspicacias y otras desconfianzas

La Sexta ya está emitiendo en pruebas en Madrid y en Barcelona. Anuncia para primavera su desembarco oficial y a pesar de las dudas que provoca en ciertos ámbitos, se mantiene firme en la idea de pujar por los derechos televisivos del Mundial de fútbol puesto que le sería muy útil para darse a conocer y ayudaría a su implantación, aunque su señal no cubrirá el tanto por ciento necesario del territorio nacional para cuando se celebre dicho evento (lo que imposibilitaría que emitiera partidos denominados de interés general como los de España).

Su llegada va a aportar nuevos aires y competencia al panorama audiovisual. Sus dueños saben lo que quieren y cómo hacerlo (ficción y entretenimiento principalmente dejando a un lado los informativos como sector no estratégico) porque no hay que olvidar que Globomedia (Grupo Arbol), Mediapro y en menor medida El Terrat han sido las productoras responsables de los grandes éxitos de la televisión española en la última década (sólo una productora no involucrada en la cadena estaría a su altura, Gestmusic). Mientras Globomedia ha sido la gran reina en la ficción nacional creando series ya clásicas como Médico de familia, Periodistas o Compañeros o actuales como 7 vidas, Aída, Mis adorables vecinos o Los Serrano, Mediapro ha estado más enfocada a programas de corte informativo y documental además de producción de cine.

La situación que se plantea es la siguiente: ¿seguirán creando buenos productos para otras cadenas, como empresas productoras que son, que serán emitidos para competir contra ellos mismos, contra su propia cadena? Aunque siendo malévolos se podría pensar que los mejores programas se los reservarían para sí mismos, la lógica empresarial debiera llevar a responder que sí a esa pregunta, que no van a tirar piedras contra su propio tejado y que su campo empresarial se desdoblará con facilidad en los dos ámbitos que se han generado. Pero el mundo televisivo no es un modelo empresarial de tranquilidad, ni de lógica, en eso se parece al fútbol (de ahí los batacazos que se dan tipos como Florentino que tan sólo le dan un enfoque empresarial clásico a algo que conmueve las pasiones humanas) y nada es exactamente como debiera ser. Los celos, desconfianzas y suspicacias están siempre presentes y todo proyecto televisivo está supeditado a algo tan voluble como la audiencia y cómo conseguir atraparla.Y cuando eso no se consigue hay que culpar a alguien.

Veremos con el tiempo lo que sucede. Como síntoma curioso ahí está el paso efímero de Plan C (presentado por Carolina Ferre) por Telecinco. Producido por El Terrat (creadora de Homozapping y el programa de Buenafuente) desde el principio fue mirado por Telecinco con desconfianza y a pesar de rondar cuotas de pantalla en torno al 20% era un programa caro que la cúpula de la cadena consideró no rentable y eliminó de la parrilla con rapidez inusitada. Mientras antes simplemente hubiera sido un fracaso de la cadena en este caso surgieron comentarios intencionados que apuntaban que los mejores guionistas de El Terrat estaban destinados a sus programas estrellas, antes mencionados, y se descuidaba la calidad de otros.

Seguro que esta situaciones se van a plantear en el futuro. Alguna chinita de este estilo ya he leído en una entrevista a un cargo directivo de una cadena nacional. Habrá que seguir el asunto con atención. Se presenta divertido.

2006/01/19

El fútbol manda, también en la Cuatro

Poco le han durado a la Cuatro sus principios de abogar por una televisión diferente. Dijo que no a la emisión de películas y también que no a la emisión de fútbol, pero la cruda realidad de la audiencia le ha obligado a retractarse. Después de haber hecho ya sus primeros pinitos con la reposición de películas de cine, esta noche, el canal de Prisa se estrena en el universo balompédico. Lo hace con la Copa del Rey, y pondrá al frente de la emisión a lo más granado de su Carrusel radiofónico. No hay que ser muy listo para imaginar el formato: será como "Maracaná 06", pero en directo y sin las gracietas de Carlos Latre. La emisión de esta noche no debe contemplarse como un hecho aislado: más bien, evidencia un posicionamiento del canal con respecto al fútbol, sobre todo cuando está en ciernes la negociación para hacerse con los derechos de emisión del Mundial de Alemania. Visto que el Canal 6, el último de los que se incorporarán a la parrilla de la televisión en abierto, no podrá competir por estos derechos debido a problemas de alcance territorial (su emisión no llega al 100% del territorio), Polanco ha decidido apostar fuerte por la competición. Es muy consciente de que, al margen de toda la "ideología" sobre el estilo peculiar y diferente del canal, el fútbol es el único resorte que puede contribuir al posicionamiento de Cuatro dentro de la oferta nacional en abierto.