Blog libre e independiente sobre televisión. Noticias, críticas y análisis de nuestra realidad catódica desde el criterio y la libertad.

2006/01/17

Televisión y fama: una boutade

Nadie podrá decir, echando un vistazo a nuestra televisión, que la democracia no existe. Porque si hay una parcela que ha conseguido democratizarse en España, ésa ha sido sin duda la de la televisión. Y no me estoy refiriendo al abanico de la oferta, que más bien es famélico y deja mucho que desear; me refiero al acceso de los ciudadanos a la categoría de personaje televisivo, a su facilidad de conversión en objetos “parrillables”. Hoy más que nunca, la fama televisiva se presenta como algo que está al alcance de cualquiera. No es necesario el talento, ni demostrar una especial capacidad para desarrollar una habilidad concreta. Matizo: se requiere una capacidad instintiva de arribismo, y una predisposición sin condiciones a dejar a un lado la dignidad, la moral y la vergüenza. “Cajatonta”, en un alarde de vocación democrática, no quiere dejar pasar la oportunidad de ofrecer a sus lectores algunos de los mecanismos más comunes para alcanzar la fama televisiva. Uno que está muy en boga es el de la “Cópula imaginaria”. Vd llama a cualquier programa rosa, y simplemente asegura que se apareó con el famoso de turno. Siempre se gana enteros si el famoso con el que se presume el apareamiento pertenece al mismo sexo que el denunciante, y hasta el momento no ha trascendido que dicho famoso sea homosexual. Como mínimo, para garantizar una repercusión razonable, el famoso debe tener una pareja en el momento de la denuncia. Desde luego, todo lo que se haga para ganar en credibilidad sumará puntos. Suele funcionar bien, por ejemplo, haber coincidido con un famoso en una sala de baile, o haber conocido al famoso/a cuando éste era todavía un ciudadano anónimo. Al comienzo de la maniobra, es cierto, todo parecerá difícil, pero bastará con que el famoso aludido interponga una querella para que el dispositivo empiece a marchar sobre ruedas. Enseguida le lloverán contratos para hacer bolos, y le invitarán a saraos, e incluso, si logra dar juego, le perseguirán por la calle. Hay otras fórmulas también bastante recomendables, aunque la fama no sobreviene de forma tan inmediata. También está muy de moda, por ejemplo, la del “Cante en directo”. Se hace así: primero, consiga colarse en algún programa o espacio que se retransmita en directo (concursos, entrevistas, conciertos, partido de fútbol...). Segundo, en el momento en que Vd. aparezca en cámara, haga la cosa más disparatada que se le ocurra. El motivo político-reivindicativo está muy visto y ya no vende, así que descártelo de partida. El desnudo sigue provocando rubor, de manera que es una buena opción, sobre todo si es Vd. una maciza con dos buenas razones de entrada: despelótese, muéstrese desvergonzado/a, espontáneo, natural. A partir de ahí, en el siguiente paso, Vd. no controlará el proceso. Los quinientos programas de zapping con los que nos martillea nuestra televisión repetirán su gesta, y a los tres días la estarán llamando para algún programa de lunáticos (“El loco de la colina” sería una buena opción). Ahí sí tendrá que darlo todo: en la entrevista deberá decir cosas disparatadas; no descarte ni siquiera la abducción marciana, y por supuesto, esté dispuesto nuevamente al ejercicio de pelota picada. Hay más formas de alcanzar la fama. La siguiente es algo más complicada: se trata de la “conducta asocial”. Para ello, deberá antes superar los complicados castings para entrar en un programa de telerrealidad. Si logra esto, todo está resuelto: en la granja o en la casa o en el tren o en el autobús o en donde le toque, compórtese de la forma más grosera, impertinente, maleducada y cruel que encuentre. De la noche a la mañana estará posando para el "Hola". En cualquiera de los casos, si quiere hacerse famoso en televisión, lo que tiene que tener muy claro es una cosa: bajo ningún pretexto, trabaje ni estudie ni maneje su vida con honestidad. Todo fin se rige por unos principios.

No hay comentarios: