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2006/01/18

Jon Stewart sí merece un Oscar

Miguel Iribar

Confieso que nunca compartí el increible alborozo que la Gala de los Oscar suscita en pequeños y mayores de todo el planeta. Si alguna vez seguí algunas horas de esta larga y tediosa sucesión de sobres mal abiertos y de estrellas más o menos luminosas o gastadas, esta apología de la anorexia y esta estomagante demostración de “todos aquí somos artistas, todos nos amamos y nos respetamos, pero si no tienes glamour, deberías morir”, era más por obedecer los dichosos y hormonales impulsos propios de la adolescencia que debido al interés por los canturreos del himno americano, los hipócritas aplausos de los perdedores o los chistes baratos de Billy Crystal y compañía. Sin embargo, este año el Teatro Kodak y su alfombra roja ofrecen algo atractivo en su 78 edición: la presencia como anfitrión del evento del cómico Jon Stewart, cuyo “The Daily Show” en la cadena Comedy Central es, sin exagerar demasiado, uno de los mejores informativos de humor de la historia de la televisión mundial, y sin duda alguna, uno de los más críticos en un país en el que no se prodiga la autocrítica, o mejor dicho, cuya autocrítica rara vez llega a nuestros oídos, demasiado ocupados en entender las sandeces del Gobierno del país más libre del mundo, frase que, por cierto, debe aparecer en bastantes películas ganadoras de la consabida estatuilla. El caso es que uno no puede hacer otra cosa que ser optimista y esperar algo digno, inteligente, irónico y políticamente incorrecto, sello inequívoco de este actor frustrado de 43 años que eligió la televisión al ver que el séptimo arte no lo eligía a él, pero a la vez es imposible no sospechar, no pensar en la clásica absorción del anti sistema, en la integración del genio rebelde reconvertido en monigote de José Luis Moreno. Stewart tiene a su favor, eso sí, el haber presentado dos veces los Premios Grammy sin venderse barato, pero eso tampoco nos debe hacer tirarnos sin más en el poco profundo pozo de la alegría.

Quisiera aprovechar la ocasión para reivindicar la fórmula del informativo con humor, formato que no termina de entenderse ni extenderse en nuestro país, tal vez por la dificultad que tiene ser tan corrosivo en una cadena generalista (recordemos que el Daily Show es, al fin y al cabo, un programa de tv por cable), tal vez por el no siempre reconocido miedo y papanatismo que muchos comunicadores tienen a lo políticamente incorrecto en un país que, por qué no decirlo, sigue siendo, periodísticamente hablando, un patio de vecinos y cotorras donde no se perdonan demasiadas salidas de tono; programas como el actual Caiga Quien Caiga, deficiente hermano menor del anterior, o Noche Hache, que cada día va a mejor pero que carece de resultados de audiencia que le hagan justicia, son casi los únicos ejemplos vivos de un género que intenta combinar dos cosas a menudo escasas en el panorama audiovisual: información crítica y humor inteligente. Por el momento, la respuesta a la primera cuestión planteada tendrá lugar el próximo 5 de marzo, demasiado tarde, como siempre, y verla le costará dinero si nadie se lo ha regalado para Reyes.

1 comentario:

Daniel Ruiz García dijo...

Supongo, compañero, que la ausencia o la falta de calidad de nuestros informativos de humor tiene que ver con la escasa tradición de la televisión española en relación con el formato. Imagino que será cuestión de tiempo, habida cuenta del éxito (no sé si llamarlo así) que va alcanzando poco a poco el programa de Hora Hache. Excelente post, compañero (aunque Billy Cristal siempre me pareció simpático).