Encender el televisor durante la noche del miércoles y zapear entre los dos canales públicos era un tanto esquizofrénico. Por un lado, en
la Primera, el
loco de la colina extraía lo mejor de sus invitados haciendo lo que mejor sabe hacer: crear un clima de complicidad con ellos. Mientras tanto, en
la Dos, emitían el primer programa de
Carta blanca, un arriesgada
propuesta del ente público que busca la creación de un formato de calidad y original. La primera noche se estrenó con
Elvira Lindo ejerciendo de maestra de ceremonias y haciendo lo que parece no saber hacer, entrevistar, en este caso a una serie de personajes relevantes de nuestra sociedad a los que admira y considera amigos. Ninguno de los dos programas es malo. Pero emitirlos el mismo día a la misma hora (prácticamente) en los dos canales no parece lo más inteligente.
¿No hay nadie en
Televisión Española con dos dedos de frente? ¿Nadie que coordine la programación con una mínima lógica? ¿Es normal que dos programas de entrevistas y dirigidos al mismo tipo de público se emitan a la misma hora por las dos cadenas públicas a la vez, haciéndoles competir absurdamente? ¿No sería más natural que
Carta blanca (que además me parece muy bien que sea emitido por
la Dos para protegerlo de las luchas de audiencias) se emitiese a esa misma hora pero otro día de la semana compitiendo con otros productos alejados de su perfil como puede ser
¡Mira quién baila! o una película?
Dejando a un lado la inutilidad manifiesta que demuestra una vez más el equipo de
Caffarel, me centro en el programa en sí.
Carta blanca nace con la idea de que personajes relevantes del espectáculo y la cultura (por supuesto dudo que traigan a alguien de ciencia) presenten y organicen su propio programa, eligiendo ellos tanto a los invitados como las actuaciones musicales. La idea me gusta. Puede derivar en una reunión de amigotes dándose palmaditas en la espalda, pero también puede ser una buena manera de conocer otras facetas de personajes interesantes. Además será el típico programa al cuál acercarse dependiendo no sólo de los invitados y el tema que se trate en él, sino también dependiendo del presentador (lo cuál es una novedad). Ayer comenzó
Elvira Lindo entrevistando, entre otros, a
Javier Cámara y
Alberto Iglesias (nominado a mejor compositor de banda sonora en los pasados oscars). Se la veía a
Lindo envarada y poco relajada a la hora de hacer preguntas. Reconozco además que a mí lo que escribe y dice esta mujer me deja bastante indiferente. Casi nunca me han hecho gracia sus columnas en
El País, su costumbrismo y su pretendida ironía (que con tanto fervor me defienden mis amigos). A los invitados se les veía relajados, contando sus experiencias con tranquilidad, en un ambiente claramente amistoso. El programa lo dirige
Santiago Tabernero (director de
Versión Española) que ha creado una escenografía muy cinematográfica, más bien minimalista, apoyándose en recursos audiovisuales y con una iluminación muy particular.
Ya hay grabadas al parecer, nueve emisiones del programa que, tras el parón veraniego, volvería con nuevas entregas. Entre las personalidades que se anuncian como próximos conductores del programa se encuentran
Alaska,
Ray Loriga,
Rafael Amargo,
Lucía Etxebarría,
Alejandro Jodorowsky o
Antonio Escohotado (filósofo y uno de los máximos conocedores en este país del mundo de las drogas, que invitará a
Bebe y a
Albert Pla para discutir sin tapujos sobre este tema. Curiosamente ayer era un invitado de
El loco de la colina).
Repasando la lista anterior se observa un claro sesgo político-social en la elección de las personalidades para conducir el programa. El mismo eterno error en el que cae una y otra vez la televisión pública. Siempre lo mismo, a la hora de elegir: “mejor uno de los nuestros”. Por supuesto esto conllevará que arrecien las críticas al programa desde los sectores más conservadores del público, la sociedad y la crítica que lógicamente, no se ven representados por
Etxebarría,
Lindo o
Alaska y por tanto seguramente, tampoco con los programas que ellas propongan. ¿Tan difícil es ser un poquito equilibrado en la elección de estas personalidades? ¿Nos volverán a decir que no hay figuras de valor en la otra acera? ¿No se dan cuentan que ya pasamos ocho años igual pero a la inversa? ¿Por qué son todos igual de sectarios?
Qué cansino.
1 comentario:
"¿No hay nadie en Televisión Española con dos dedos de frente? ¿Nadie que coordine la programación con una mínima lógica?" Pues como ya han demostrado desde hace tiempo, no. Lógico, supongo, en una casa en que dependiendo de adscricción política, estas bien en lo alto del escalafón, bien en el ostracismo. Son gente que no son profesionales de la TV, sino del arribismo y la política. Tampoco es para desesperarse en exceso. Pasa en todos los ámbitos de la vida. El ser bueno en tu trabajo sólo vale para llegar hasta cierto punto, luego lo que cuenta de verdad es el compadreo, amiguismo, influencias, enchufe... En otras ocasiones, tanto con el PP como el PSOE, resulta que la gente que llegaba tenía un mínimo (y a veces incluso mucho, pese a llegar "a dedo") de talento. Ha coincidido que la gente que el PSOE ha puesto son unos inútiles, y claro, no se puede esconder el sectarismo con un mínimo de calidad, como podía hacerse antes.
Pese a todas las críticas, a mí el programa de Pedro Ruiz, por ejemplo, me parecía muy equilibrado a la hora de elegir invitados. Otra cosa es que luego Ruiz condescendiera demasiado con todos, pero no hacía distinciones en exceso...
Lo que me intriga es saber lo que piensan Caffarel y demás de su equipo de la situación. ¿Callan por no dar sensación de desesperación? ¿Se piensan que, a pesar de todo, lo están haciendo muy bien? ¿O, por decirlo de manera, grosera, "se la trae floja"?
Saludos y enhorabuena por vuestro trabajo
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