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2006/05/17

Los adolescentes y la droga: periodismo de desinformación

Repugnante y delirante. Ésos son los primeros adjetivos que se me ocurren para calificar lo que anoche vi en T5: el programa de investigación Diario de... que presenta Mercedes Milá.

Me habían hablado de este programa, pero nunca lo había visto salvo en algún ocasional zapeo. Había leído en un blog vecino el reportaje que habían hecho sobre Chernobil y me pareció oportuno acercarme a él para evaluar como trataba el problema de las drogas en los adolescentes. Impresionante. Hice referencia en un par de mensajes anteriores (los del Homo Videns) al tipo de información que ofrece y busca el medio televisivo. Lo comenté de manera abstracta. Aquí tenemos un ejemplo de ficción manipulada informativa que supera todas las expectivas...más pesimistas.

El tratamiento que se dio al tema de los botellones fue escandaloso. Se mostraba a los chavales en imágenes difusas, dirigiendo las conversaciones que se tenían con ellos para que dijeran lo que se quería oír, o en la calle bebiendo y comprando; después, se entremezclaban esas imágenes en un montaje indigno e inmoral (por manipulador) con recreaciones aterradoras (efectos sonoros incluidos) de un chico apoyado en una mesa bebiendo a morro violenta y compulsivamente una botella de alcohol de alta graduación o esnifando alguna de las decenas de rayas de coca que también ponían distribuidas por la mesa. Desde ahí, y tras pasar por imágenes editorializadas de algunas borracheras buscando el sobresalto y la alarma, terminaban enlazando, en una elipsis radical y embustera, con las declaraciones de un chico de 22 años que se declaraba alcohólico y que achacaba sus problemas a lo pronto que comenzó en el vicio. Contó cómo el alcohol lo había llevado a un camino sin retorno.

El programa derivó hacia el consumo de otras drogas, aprovechando las cifras ofrecidas estos días sobre el aumento de consumo de la cocaína entre los españoles (cifras que nunca se contextualizan en los medios, porque sólo se busca la alarma social....¿Qué significa haber probado alguna vez los distintos tipos de droga? ¿O consumir de manera esporádica? ¿Eso implica que ya eres un desecho social que camina irremisiblemente hacia el abismo de la adicción?). Se centraron entonces en el hachís y la coca, introduciendo líneas de investigación delirantes. Confieso que yo alucinaba a esas alturas. La Milá , muy seria y circunspecta, siempre con el gesto constreñido para aparentar una gran preocupación y transmitir lo serio del drama que se estaba inventando, comenzó advirtiendo sobre las consecuencias físicas del consumo y demás, pero en un salto increíble hacia la demagogia y la manipulación más absoluta utilizó ejemplos extremos de adolescentes para asustar, deformar la realidad, causar pavor social, impresionar a los televidentes y crear alarma. Y todo eso sólo para subir unos sucios puntos en el share.

De este modo nos mostró cómo, según ellos, muchos padres investigaban a sus hijos con detectives privados para saber lo que hacían cuando salían con sus amigos, porque no se fiaban de ellos. Y del consumo ya se sabe, se pasa rápido al tráfico de drogas (según se deduce de la visión de este programa). Por lo tanto mostraban como un chaval de 16 años era ya traficante de cocaína, o lo más alucinante, sostenían la tesis de que había niñas menores que se prostituían, pero no sólo por dinero sino...¡¡para emborracharse!! (sic). Tremendo.

Ni siquiera dudo que esas historias sean reales. Lo que me molesta, me irrita y me enfurece es que transforman la anécdota en generalización, no les interesa en absoluto tratar el tema con la mínima seriedad y rigor, prefieran el morbo, les encanta colocar esas imágenes grabadas con una cámara oculta del piso donde presuntamente se había prostituido una de esas menores. ¿Por qué no se preocupan por estudiar y extraer consecuencias sobre esa generación de treintañeros que pasó por esos mismos botellones, probó esas mismas drogas, también tuvo fracasos personales puntuales, gente que se quedó por el camino por culpa de las drogas pero hoy en su gran mayoría son magníficas personas, científicos brillantes, abogados con proyección, informáticos de prestigio o magníficos profesores? ¿No interesa porque la realidad es aburrida? ¿No es morbosa? ¿No es mediática?

Arcadas intelectuales produce la existencia de estos programas. Hacen mucho daño. Conocen la existencia de un público crédulo, poco formado, educado desde hace muchos años en esta manera anoréxica de informarse, y sobre el que esta información tiene un impacto demoledor, introduciendo nuevos elementos de miedo y desconfianza en las familias.

Lo que la Milá y su patético programa parecen querer promover, es que la madre o el padre miren a su hija cuando se vista y se prepare para salir una noche de viernes y piensen mal de ella, no confíen en ella, crean que esa noche su hija va estar en peligro, va a hacer cosas horribles o será tentadas por ellas. Promueven el miedo. Y nada más nefasto que el miedo para el disfrute y la enseñanza de la libertad.

Crear miedo. Provocar recelos y sospechas. Que pena de periodismo. Que pena de televisión

Desde aquí muestro mi más profundo desprecio y asco por este tipo de información, por este tipo de televisión, por este programa y por la periodista que se pone al frente de él para darle ese aire de credibilidad artificiosa.

2 comentarios:

John Constantine dijo...

Bueno, ¿y qué tipo de "periodismo" de investigación podemos esperar de una cadena como telecinco que tiene poblada su programación con los espacioes que todos sabemos?. Y más después del giro sensacionalista que han dado a sus telediarios, a imagen y semejanza de los de Antena 3, sólo para ganar audiencia.

José Almeida dijo...

Puede ser John, desde luego es algo que puede parecer a primera vista como un "valor" más de la cadena. El giro en los informativos ha sido esclarecedor y lamentable. Pero lo que sucede es que siempre parece que se puede dar un paso más allá, no parece haber límites y ese programa es tan dañino y peligroso que creo que hay que denunciarlo.

La basura del corazón y la invasión de la intimidad es algo que nos denigra como sociedad al aceptarlo. El sesgo de los informativos trata de impedir que nos informemos con criterio y busca convertirno en devoradores de "sucesos". Pero estos programas como el de Milá toman la fachada de información y análisis y tergiversan por completo la realidad, provocando miedo y alarma social. Van directos contra el corazón de la conviencia y la confianza.

Y mucha gente (lo digo por experiencia en el trato con algunos padres) se quedan con este tipo de historias para alimentar sus temores , su racismo, su miedo a los desconocidos, etc