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2006/06/21

A la publicidad le toca la china

Me extraña que aún no haya trascendido públicamente ninguna crítica a la nueva campaña publicitaria de Línea Directa Aseguradora. En ella, se personifica a una china (piedra), aprovechando la frase hecha de “que te toque la china”, como símbolo de la mala suerte. Una piedra convertida en persona se queja de su infortunio, de su eterna desventura como objeto, haciendo pucheros y morisquetas. El ajo del asunto es que la china-piedra está personalizada en una mujer de rasgos asiáticos. Se trata, objetivamente, de una campaña con connotaciones racistas, muy apropiada para todas las asociaciones de televidentes que se han especializado en rebuscar en las tripas de la televisión todo aquello que resulta mínimamente censurable y que han hecho del rasgado público de vestiduras todo un ejercicio profesional.

No hay semana en que la asociación defensora de turno no salte a la palestra para criticar el sexismo de tal anuncio de colonia, o la violencia de tal otro anuncio de videojuegos. La última que recuerdo era de una asociación defensora de las personas con problemas de enanismo, que cargaron contra un anuncio de Amena. El silencio en torno al nuevo anuncio de Línea Directa Aseguradora me resulta inquietante. Si hay una comunidad que haya proliferado en nuestro país, ésa ha sido, sin duda, la asiática. Se cuentan por miles los ciudadanos orientales que han conseguido integrarse, silenciosa y discretamente, en la sociedad española, a través, fundamentalmente, de pequeños negocios del sector terciario. Su contribución a la economía nacional, aunque no esté cuantificada, resulta, a buen seguro, cada vez más significativa. Las críticas a los anuncios por la supuesta vejación que supone para la dignidad humana de diversos colectivos me parecen, sencillamente, estúpidas, y más tratándose de un medio como el publicitario, sin duda el más necesitado de creatividad de todos los que conforman el panorama audiovisual (si se tuvieran en cuenta a todos los colectivos, organismos e instituciones existentes en la sociedad civil, la publicidad, sencillamente, sería algo imposible). Pero aun así, me resulta extraño que aún no haya saltado ninguna asociación defensora de las buenas formas para criticar la utilización racista de la comunidad asiática. Tengo un profundo respeto por las personas con problemas de enanismo, pero comparando a este colectivo con el de los orientales, ¿no es cierto que la diferencia numérica resulta apabullante? Ahora que concluyo este post me asalta una gran duda: quizá estoy metiendo la pata, al dar una idea a alguna asociación aburrida. Ya se sabe que el verano deja mucho tiempo libre para pensar en tonterías.

4 comentarios:

John Constantine dijo...

Tal vez se deba a la tradicional tímidez (por llamarla de alguna manera) que tiene la comunidad china en este país, a la que le gusta muy poco llamar la atención sea cual sea el motivo.

Y no he visto el anuncio pero, por lo que contáis, si es raro que no haya habido ninguna queja, máxime cuando por spots mucho mas chorras e inocentes (recordemos el de cola-cao y la niña coreana) hubo hasta !protestas diplomáticas!.

Y este silencio tiene un punto inquietante que no estoy seguro de poder interpretar.

José Almeida dijo...

Pues no estoy nada de acuerdo con lo que dices, Dani, y en el fondo creo que tú mismo te contradices al final del artículo. Comienzas advirtiendo de las "connotaciones racistas" del anuncio de la china y terminas dejando claro que alguna queja de alguna asociación en el sentido de criticar el anuncio, sería producto del aburrimiento y la estupidez. Es decir de la tontería y las buenas formas políticamente correctas.

Este anuncio pertenece a un grupo de tres: en el primero un gordo hace de columna de garaje cabrona, en el segundo una mujer hace de farola y en el tercero una mujer de nacionalidad china, de piedra o china de carretera. A mí el anuncio del gordo-columna me encanta y me hace reír y no pienso que atente contra los obesos de esta sociedad.

Puede ser que el jueguecito sea fácil (china-piedra vs china persona) pero no veo el racismo por ninguna parte y estoy cansado de que se retiren anuncios y se coarte la creatividad y la sátira por un exceso de sensibilidad social que no me deja de parecer artificiosa, hipócrita y falsa.

Todavía recuerdo el magnífico anuncio de Bocatta que tuvieron que retirar por las presiones de los colectivos de agricultores de este país.

El control excesivo de las formas en una sociedad no es más que el reflejo de inseguridades y actitudes falsamente solidarias y tolerantes.

El racismo es un tema muy serio que no debe ser banalizado con quejas estúpidas de asociaciones puntillosas, y cuya trascendencia y realidad están muy lejos de los artífices de ese anuncio, está contenido en lo más profundo de buena parte de nuestra sociedad.

José Almeida dijo...

Y se me olvidaba algo importante: del anuncio de Amena se quejaron las asociaciones relacionadas con el enanismo, con el de Bocatta ya señalado se quejaron los colectivos de agricultores, con los anuncios machistas las quejas provienen de colectivos feministas... Por lo tanto en este caso, las quejas deberían provenir de las asociaciones de chinos de este país, que son bastantes e influyentes (por lo menos aquí en Madrid).

Tal vez el silencio puede que no sea tal, sino tan sólo indiferencia ante algo que no tiene la menor importancia

Daniel Ruiz García dijo...

Pepe, yo opino lo mismo que tú, que ir de mojigato contra la publicidad es atentar contra la creatividad; lo digo, creo, muy claro en mi post. Pero evidentemente el anuncio tiene connotaciones racistas, que a mí me sudan el carajo, y que a la mayoría de los chinos, por lo visto, también. Pero no deja de haber una discriminación que a buen seguro despierta el desprecio de algunos estómagos delicados. Particularmente, siempre he defendido la creatividad y los hallazgos por encima de todo, incluso de los planteamientos morales: me encanta Céline y su Viaje al Fin de la Noche, a pesar de reconocer que el tipo era un fascista empedernido. O Eduardo Galeano y sus cuentos, a pesar de lo que se a veces huele pestilentemente a propaganda libertaria. La expresión creativa está por encima de todo eso. Ahora, que al pan, pan y al racismo, racismo. Y a pesar de todo, sigo insisitiendo en que me parece muy extraño el silencio de la comunidad china, que como tú bien dices, es bastante influyente en Madrid (y como poco, numerosa en tu barrio). Y me sorprende, sobre todo, cuando se compara con casos como el que comenta John Contanstine del caso del colacao.

Ah, y mucha suerte,

Dani