
La penúltima noticia que surgió en este conflicto fue la aparición estelar de Felipe González en el acto de homenaje a Jesús Polanco, lamentándose en público del “fuego amigo” y las posibles consecuencias de esta guerra entre dos grupos mediáticos teóricamente alineados en la misma trinchera ideológica. Lo más gracioso de todo fue que El País tomó estas palabras de González para titular el resumen que publicó el sábado (según su propia versión de los hechos) de lo que había pasado hasta entonces. Este artículo que enlazo es de lectura imprescindible para todos aquéllos que requieran de un cursillo básico de cinismo periodístico y periodismo a la carta de la empresa que paga.
De él me permito entresacar lo siguiente: “La cadena de televisión La Sexta nació de una ley ministerial de julio de 2005. Esa ley fue diseñada por Miguel Barroso, entonces secretario de Estado de Comunicación. Barroso abandonó su puesto dos meses después de publicarse dicha ley (denominada Ley de medidas urgentes para el impulso de la televisión digital terrestre, de liberalización de la televisión por cable y de fomento del pluralismo). El consejero delegado del nuevo canal de televisión, José Miguel Contreras, había sido socio de Barroso en varias iniciativas relacionadas con la comunicación y la imagen de candidatos socialistas y pasaba por ser un viejo amigo de Zapatero, con el que compartía su afición al baloncesto. Diversas fuentes aseguran que Contreras forma parte de los amigos del presidente con los que juega algún que otro partidillo en La Moncloa.”
A lo largo de estos casi dos años de blog he criticado varias veces las concesiones políticas de licencias audiovisuales a medios afines a los gobiernos de turno. Pero es irónico leer en El País, con tan poca sutileza, que Zapatero regaló a sus amigos una televisión... ¡sin recordar al lector que al mismo tiempo trasformaba la licencia de Canal Plus y permitía a PRISA la creación de una nueva televisión en abierto, Cuatro (Canal Plus en abierto...¡ja!) sin abrir ningún tipo de concurso público.
PRISA parece desbordada, parece perdida, sin rumbo en esta situación de crisis que ha hecho que, en unas semanas de recuperación de la bolsa, uno de los únicos valores que ha perdido en el parqué haya sido Sogecable. Ahora mismo parece que dispara a todo lo que se mueve: cesó a Daniel Margalef como presidente de Audiovisual Sport (la empresa que utiliza para detentar los derechos del fútbol) por llegar a un principio de acuerdo con Mediapro y la Liga de Fútbol Profesional para solucionar el conflicto; ha denunciado también a TV3, hasta ahora socio fiel en el negocio del fútbol, acusándole de ayudar a La Sexta a piratear el partido del sábado en el Camp Nou; entrevistó a Zapatero en El País y su propio director le hizo dos preguntas directas y completamente fuera de lugar buscando un apoyo gubernamental que no encontró; por ese mismo motivo pareció cambiar bruscamente de opinión y arremeter contra el plan de Vivienda joven en alquiler de Carme Chacón que, la pobre, pasaba por allí y se llevó sin saber por qué todas las ostias (indignada incluso escribió una carta al director del periódico pidiendo coherencia a la hora de enjuiciar este tipo de iniciativas). Por mucho que se queje la ministra todo el mundo sabe que esa crítica, así como algún editorial más escrito en contra de los gastos derivados de los proyectos sociales del Gobierno, no son más que serias advertencias a Zapatero para recordarle quién le puede ayudar de cara a las elecciones de marzo. Y quién le puede hundir entre su propio electorado.
Mi opinión personal es que Ignacio Polanco y Cebrián no esperaban una resistencia tan fuerte y una determinación tan grande en Mediapro a la hora de defender sus derechos adquiridos. Al final todo el problema se reduce a quién ha pagado por los derechos de los diferentes equipos de fútbol ahora que expiraban los contratos antiguos, y no ha sido PRISA, que realmente estaba en su último año de explotación, en situación de monopolio, del fútbol. Se engaña cuando hace escribir a sus periodistas (como Relaño en el AS) que éste puede ser el fin y la quiebra del negocio del fútbol porque no es rentable, con lo que se paga por él y emitiéndolo en abierto como hace La Sexta, porque es conocido que el plan de Mediapro si consigue salir bien de ésta, es explotar los partidos por la TDT, ya que en breve esta tecnología permitirá comprar los partidos sin necesidad de estar atado a una plataforma digital. Lo cuál, no cabe duda, sería una buena noticia para el consumidor.
Habrá que seguir atentos cómo se desarrollan los acontecimientos, porque sigo pensando que PRISA no ha dicho su última palabra y tiene que tener algún as guardado en la manga. Aunque a lo mejor utiliza todo este conflicto para deshacerse por fin de Digital Plus (algo de lo que se ha escrito en los últimos años por la baja rentabilidad que le ofrece a pesar de casi no tener competencia) y redirigir sus esfuerzos hacia los nuevos negocios latinoamericanos. Todo es posible. Ya lo contaremos.
Eso sí, muchos desde posiciones dispares no dejan de pensar lo siguiente: con Polanco esto no hubiera pasado
No hay comentarios:
Publicar un comentario