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2006/09/14

La verdadera cara de Iñaki Gabilondo

Al poco de comenzar con este blog, allá por enero de este año, Gabilondo realizó una entrevista al Presidente del Gobierno. Ya por entonces escribí que debido a los formalismos periodísticos establecidos en este país, raramente un político entrevistado decía algo inteligente o novedoso en este tipo de entrevistas. A pesar de ello, vi la entrevista a que ayer el mismo periodista hizo a Mariano Rajoy, no tanto por el hecho de que el líder del PP fuera a decir a algo interesante sino por ver el tipo de entrevista que Gabilondo le iba a plantear, horas después del cisma político-periodístico que se ha montado con el asunto Trashorras. Quería analizar al periodista.

Estupefacto asistí a una primera pregunta brutal y directa, sin clase, fuera completamente de lugar por la falta de sutileza: ¿Quién dirige el PP? ¿Lo dirige usted, lo dirige Aznar, lo dirige Federico Jiménez Losantos? Sin tapujos, a la yugular. La pena es que Rajoy no tuviera los reflejos necesarios para contestarle que FJL en todo caso, mandaría tanto en el PP como Polanco en el PSOE. Con la diferencia que uno es sólo un periodista con ínfulas de poder y el otro es un empresario asentado en el poder. Aclaremos lo que pienso. Yo sí creo que Rajoy está siendo arrastrado por el ala más radical de su partido y de su base social y mediática hacia posiciones en las que no se siente cómodo. Una debilidad fruto de haberse dejado elegir a dedo y no haber ganado las elecciones del 14 de Marzo. Sí creo que la política del PP está siendo dirigida por la agresividad de una masa social que filtra la información a través de un ensoberbecido periodista (FJL), que con el tiempo, como ya escribí en otro lugar, ha derivado en un personaje rencoroso, sin la más mínima objetividad ni coherencia. Si un periodista de Diagonal, o de algún medio independiente no contaminado en este país hubiese hecho esa pregunta a Rajoy, yo estaría completamente de acuerdo con la dureza y el descaro exhibido. Pero lo que me da asco es el cinismo que significa que sea Gabilondo, en Cuatro (Canal Plus en abierto ¡ja!), quien, cual adalid del periodismo libertario, sirva servilmente a los intereses del PSOE desde la tribuna de un pretendida independencia y credibilidad que ya no hay quien se la crea.

El problema se hace más evidente al comparar la entrevista que el mismo Gabilondo le hizo a Zapatero con la de anoche a Rajoy. Hace ocho meses escribí que el problema de estas entrevistas era que tras una apariencia de dureza en las preguntas que el periodista realizó a Zapatero, se escondía una renuncia consciente a profundizar y a herir al presidente, una renuncia a ponerlo contra las cuerdas, a hacer que se tuviera que explicar con precisión más allá del discurso que llevaba preparado. Por ese motivo nunca le hizo segundas preguntas inquisitorias sobre los asuntos que trataron, esas preguntas que siempre desestabilizan al entrevistado y le hacen ponerse nervioso. Pero era mentira que Gabilondo no supiera entrevistar ni acorralar a su invitado. Lógicamente conoce a la perfección las teclas del medio, sabe indagar y presionar para que las dudas de éste al responder a su insistencia se conviertan en victorias de las tesis que como periodista claramente defiende. La insistencia respecto al tema de los sondeos, al 11M o a la débil posición de Rajoy dentro de su partido no hacían más que evidenciar las diferencias entre un entrevista servil (la que hizo en su día a Zapatero) y una entrevista militante y partidista (la de ayer a Rajoy).

Allá aquellos que no quiera ver lo sectario que es su amigo Iñaki, la entrañable voz que les despertaba por las mañanas. Pero si después de lo de anoche siguen asentados en el discurso de que es un periodista equilibrado, educado y con un alto grado de independencia, yo ya no sé que necesitan para despertar y dejar de seguir líderes mediáticos para comenzar a intentar conformar opiniones propias más allá de ellos.

4 comentarios:

John Constantine dijo...

Pues sí. Y eso que , cuando oigo la radio, sólo oigo la SER. Pero eso no me impide despreciar a veces el hedor (que no tufillo) partidista que desprenden sus noticias. Y lo de Gabilondo, pues, sinceramente, demuestra que más allá de sus grandes dotes de comunicador -indiscutibles- no es más que la voz de su amo. Al igual que casí todos los demás de su gremio (Luis del Olmo, Carlos Herrera...). A Federico J. Losantos lo dejo aparte porque lo considero, periodísticamente hablando, un animal rabioso al que ni su dueño se atreve ya a dominar.

Joan dijo...

No hay descubrimiento alguno. Ya sabemos de qué pie cojea cada uno. La objetividad es una entelequia, sólo hay que saber filtrar los espacios informativos con el embudo de cada uno.

José Almeida dijo...

Hola Joan, bienvenido.

Lo que dices es cierto. La objetividad no existe, pero no creo que eso signifique que un periodista responsable no deba intentar hacer un ejercicio de equidad. Esa es su obligación, y más en el formato de entrevistas.

El hecho de no denunciar la cojera incoherente de los que en teoría están más cercanos ideológicamente, y por otro lado tirarse todo el día machacando las malas formas de los adversarios mediáticos ideológicos sí me parece en cambio, que es un acto de evidente hipocresía.

En ese sentido me parece necesario no el hecho de descubrir la bandera ideológica de Gabilondo (todos estamos arropados con la nuestra) sino la mala práctica en el ejercicio de su profesión debido a ella.

Joan dijo...

Tienes razón. Llega un momento que cada periodista se impregna del mal aliento de su grupo mediático. Si curras en la SER, eres un rojo (o Rogelio como dicen algunos xD) y si te contrata la Cope, te conviertes en un facineroso, por poner los dos ejemplos más claros.