Blog libre e independiente sobre televisión. Noticias, críticas y análisis de nuestra realidad catódica desde el criterio y la libertad.

2007/04/15

Los trabajadores de Telemadrid se presentarán a las elecciones

La decisión de un grupo de trabajadores de Telemadrid, críticos con la gestión de Manuel Soriano al frente de la cadena de televisión madrileña, de presentarse como partido político a las próximas elecciones autonómicas, abre una nueva y extraña vía para conseguir hacer visible a la sociedad las reivindicaciones laborales de un colectivo con problemas. La videopolítica, el poder de la imagen y la constatación de que sólo lo que se emite a través de los medios audiovisuales llega realmente a una sociedad a la que se le está enmoheciendo la capacidad de sorpresa, solidaridad e interés por las problemas laborales que no le afectan directamente, hace urgente la necesidad de conseguir nuevas formas mediante las que hacer públicos y relevantes estos problemas.

La plataforma salvemos Telemadrid, está a punto de constituirse como partido político en Madrid con algo tan simple como conseguir 120 personas que acepten ir en las listas como candidatos, y 13 más que actúen como suplentes. De esta manera conseguirán su propósito, que no es en principio ni hacer política ni presentar alternativas de gobierno, sino tan sólo la difusión de sus reivindicaciones laborales y sus quejas respecto al tratamiento que se le da a la información en la cadena en la que trabajan, así como denunciar la falta de libertad que asfixia a la cadena desde que gobierna Madrid Esperanza Aguirre y utiliza con guante de hierro el ente público para sus propios propósitos. Para ello tendrán a su disposición los espacios gratuitos que la propia Telemadrid (y TVE en las desconexiones locales) tiene que ceder a todos los partidos en campaña para que puedan explicar sus proyectos... o lo que quieran.

Tras treinta años de democracia, tras haber superado ese fervor inicial que hacía noticia de varios días y de primera plana las huelgas y manifestaciones que los trabajadores hacían en defensa de sus puestos de trabajos o de sus condiciones laborales, lo cierto es que a día de hoy la sociedad esta anestesiada y se muestra completamente indiferente a ese tipo de iniciativas. Y cuando se habla de sociedad uno no es capaz de discernir a una sociedad civil viva y activa, sino que sólo observa en lo que se ha convertido en los últimos tiempos: en una mera receptora pasiva de las múltiples informaciones y sucesos que le proporcionan y con las que la saturan, los medios de comunicación. Lo que debería ser una ventaja sustancial (la multitud de ofertas informativas, de medios de comunicación con distintas tendencias, de distintos e interactivos canales de comunicación) se convierte en una traba para conseguir una información cabal y racional de los hechos que suceden cada día. Los gritos, los titulares grandilocuentes y vacíos, las imágenes impactantes, el show en definitiva se impone en los mass media. Sólo queda la información superficial y espectacular. Y la urgencia. Ante semejante bombardeo el receptor de esa información difícilmente puede apagar o filtrar el circuito por el que es acosado y casi siempre se deja llevar de la mano, como un niño pequeño, por los diferentes sucesos “tremendamente importantes” que cada día le presentan.

Por tanto no queda tiempo para hacerle un hueco informativo y un seguimiento continuado a algo tan aburrido como los problemas sociales o las manifestaciones (a no ser que sean violentas). Nos importa un carajo que 40.000 agricultores se manifiesten en Madrid contra los beneficios abusivos que obtienen los intermediarios de las verduras que ellos cultivan y que encarecen hasta un 700% los precios de las mismas cuando llegan hasta el consumidor. O los problemas de la industria del motor. O los de la textil. O las deslocalizaciones que lentamente se producen en nuestro país y que aparecen en los medios como noticia fugaz, rápidamente sustituida (antes de poder analizarla) por el último y "trascendente" rifirrafe político de turno. O las manifestaciones de los jóvenes que reivindican el derecho a una vivienda digna. Las únicas manifestaciones que importan son las políticas que se revisten (y son revestidas por los medios) de una importancia engañosa por la que todos nos dejamos seducir.

La medida desesperada y creativa de los trabajadores de Telemadrid es en el fondo un intento final de hacerse escuchar, de gritar:”éste es nuestro problema”. Da igual que se esté de acuerdo o no con ellos, lo fundamental es que la sociedad se preocupe de los verdaderos problemas, de los que realmente le afectan en su día a día y a la convivencia general (y la manipulación de los medios públicos con fines políticos debiera ser uno de ellos), y los debata. Para ello la única solución parece ser salir por la televisión.

El agujero legal que presenta la ley electoral que regula la difusión de las ideas e iniciativas de los distintos partidos que se presentan a unas elecciones puede ser, tras este ejemplo, literalmente asaltado por aquéllos que lo único que quieren es hacer públicos sus problemas laborales para que realmente se pueda llegar a una solución digna a los mismos. La sociedad asfixiada siempre encuentra salida a la opresiva realidad artificial, entre feliz y dramática, que pintan cada día los medios y los políticos, y trata de encontrar su espacio para gritar y ser escuchada.

Sólo el hecho de presentarse como partido político ya ha sido noticia. Cuando saquen sus espacios promocionales (ésos que tampoco ya ve mucha gente) seguro que obtienen, debido a la novedad, el eco suficiente que desean. Entre otras cosas, no nos engañemos, por las connotaciones políticas que en este caso tienen las reivindicaciones de los trabajadores de Telemadrid. Pero quién sabe, igual de aquí a unos años los espacios televisivos de las campañas electorales más que políticos se convierten en un desfile de quejas laborales y un escaparate de conflictos sociales. Lo que sea con tal de hacerse oír.

No hay comentarios: